Histórico. Los Tigres se convierten en el primer equipo mexicano y representante de la Concacaf en calificar a la final del Mundial de Clubes luego de vencer por la mínima diferencia, gracias a un penalti cobrado a la perfección por André-Pierre Gignac, al Palmeiras, campeón de la Copa Libertadores de América.
En los primeros minutos del partido, parecía que los Tigres eran los únicos que sabían lo que se jugaban. Desde el principio se vio su hambre de trascender y lo reflejaron imponiendo condiciones sobre el terreno de juego. Si bien, no era un dominio abrumador, sí eran el mejor equipo en el campo, pues Palmeiras apenas pudo realizar algunas jugadas de acompañamiento brillante, pero aislado.
La resistencia del Palmeiras terminó apenas a los siete minutos del segundo lapso. Un pase filtrado, hacia Carlos González culminó con la señalización de la pena máxima tras una falta demasiado infantil de Luan García. El Tigre Mayor, Gignac, tomó el balón y venció a Weverton pese a que el arquero adivinó el lugar donde el francés mandó el balón.
Los felinos manejaron el partido como sólo ellos saben. Tenencia de balón, pases fáciles y jugar con la desesperación del rival que reflejaron en la cara de su entrenador la impotencia que sentían ante el juego del campeón de la CONCACAF.
Los cambios que mandó Ferretti al campo acompañaron al reloj que, poco a poco se consumió hasta llegar al silbatazo final y dictaminar la historia. Tigres, el más campeón de Nuevo León, el campeón de Concacaf, es, ahora, finalista del mundo (a nivel de Clubes).
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