Seguramente sabes qué es la quema de soca; en un estado donde la principal actividad económica es la agricultura, todos en algún momento hemos visto estos incendios, especialmente en cultivos de maíz, frijol, trigo, arroz, azúcar y malezas, y aunque pueden ser un poco obvias las consecuencias de una combustión incontrolada de tan gran escala a la atmósfera, en realidad esta práctica agrícola acarrea muchos más problemas de lo que pareciera.
Empezando con el recién mencionado: según la Comisión para la Cooperación Ambiental, la quema de residuos agrícolas se considera la tercera fuente de emisiones de dioxinas al aire, las cuales tienen efectos nocivos en la salud, entre ellos problemas de reproducción y desarrollo y afectación al sistema inmunitario.
Es necesario, igualmente, abordarlo desde un punto de vista estético, pues el humo desprendido generalmente causa problemas de visibilidad y esto es particularmente notable en campos cercanos a caminos y autopistas.
Y además, las terribles consecuencias para el suelo mismo. Ya hemos comentado la importancia de ver al suelo como un componente vivo del ecosistema y no como algo inerte; en el suelo, especialmente en los utilizados para cultivos, habitan millones de microorganismos benéficos tanto para los cultivos como para el suelo, y al llevarse acabo la quema de soca, se queman también estos microorganismos y el suelo va perdiendo vida, erosionándose y degradándose y luego necesitándose más agroquímicos para volver a “revivirlo”.
Es importante mencionar, también, que muchas veces los incendios forestales son causados por una quema de soca mal controlada.
Entonces, sabiendo todas las consecuencias, sólo queda una pregunta; ¿por?
Aunque algunas quemas agrícolas pueden considerarse necesarias, para prevenir pestes y enfermedades en los residuos de la cosecha ya contaminados, en realidad la mayoría de las veces es por practicidad y economía. Al quemar los residuos evitan deshacerse de ellos de la forma correcta, lo que implica el uso de maquinaria, combustible, operadores y en grandes rasgos, dinero.
A pesar de que en Sinaloa existen comités contra la quema de soca, muchas campañas de concientización y muchos llamados de parte de autoridades y bomberos, especialmente este ciclo 2021 gracias a la sequía grave, lamentablemente es algo que seguimos viendo muy seguido.
Como ciudadanos promedios, quizás no haya mucho más qué hacer aparte de informarse y reportar cualquier práctica parecida que localicemos. Y exigir a las autoridades, por supuesto, que se apliquen las medidas legales necesarias para evitar que sigan practicándose.
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