El cambio climático ocasionado por la actividad humana nos está respirando en la nuca, y es que, desde la revolución industrial, la mayoría de nuestros procesos se realizan quemando combustibles fósiles, o sea gas, carbón, petróleo y derivados, como la gasolina; esto, aunado a la deforestación, la ganadería y otras actividades, incrementan la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera, modifican su composición y causa el famosísimo calentamiento global.
En un informe de 2021, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático afirma que el calentamiento global es generalizado, avanza con rapidez y se intensifica; de igual forma, concluye que se están produciendo cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto…, muchos de los cambios no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos que ya están sucediendo, como el aumento continuo en el nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios.
Y… ¿cómo nos está afectando el Cambio Climático?
A nivel global, podemos dividir los efectos en cuatro categorías: sobre el agua, sobre los seres vivos, sobre los humanos, y los riesgos a corto plazo. De esos podemos rescatar algunos como el aumento de las temperaturas de lagos y ríos en muchas regiones, la acidificación de los océanos, la disminución de la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e hidroeléctrico, el alargamiento de las estaciones, el incremento de enfermedades infecciosas, el aumento de muertes, enfermedades y daños debido a las olas de calor, inundaciones, tormentas, incendios y sequías, el paulatino agotamiento de los ecosistemas para absorber dióxido de carbono, la desaparición de zonas costeras debido al aumento del nivel del mar… y sólo por decir algunas.
México, particularmente, está entre los países más vulnerables ante el cambio climático, esto gracias a nuestras características geográficas, condiciones socioeconómicas y nuestro grado de susceptibilidad y falta de capacidad adaptativa ante eventos climáticos.
Para 2018, en nuestro país, ya se había registrado aumento de temperatura, así como el aumento de días cálidos extremos y la disminución de días gélidos y heladas, lo que ha llevado hacia el aumento de ciclones de categoría 3 o más, y sequías más severas que, en conjunto, han afectado el 90% del territorio.
Es importante notar que todos estos efectos y riesgos producirán grandes pérdidas sociales, medioambientales y económicas, incrementando así las desigualdades y brechas sociales entre regiones.
Hay mucho por hacer y quizás, como ciudadanos, no tenemos cabida en la toma de decisiones a nivel político, por ejemplo, pero una sociedad informada es mucho más fuerte que una ignorante… Empezar a hablar sobre ello es una buena forma de buscar soluciones.
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