Apenas se empieza a salir de una pandemia que ha dejado sin trabajo a millones de mexicanos, enlutado a cientos de miles de familias y sumiendo en la pobreza a otros cientos de miles o millones, cuando se nos viene una guerra, que aun cuando está al otro lado del planeta, la globalización de la economía ha provocado un impacto verdaderamente duro en el bolsillo y ha traído consecuencias en la educación de los niños y los jóvenes.
El alza generalizada de todos los productos, no solo son el limón, el aguacate, o la cebolla, sino también la tortilla, las carnes, el pollo, los quesos, y que decir de los combustibles como la gasolina, el gas doméstico o el costo del transporte público, es un duro golpe para cualquier familia y es una triste realidad.
Como amas de casa ir al súper, al abarrote o a la tienda de autoservicio requiere de una verdadera planificación si quieren que alcance el gasto mensual para quienes tienen un sueldo fijo, ahora me imagino el sufrimiento de las madres de familia o para el padre que no tienen un ingreso seguro.
El colapso en la economía de miles de mexicanos y sinaloenses es una realidad, no es ficción, se vive a diario en las calles, en las expresiones de las personas, pero sobre todo en las consecuencias que está trayendo en los hogares, como es violencia intrafamiliar, ruptura y deserción escolar, que será cada vez más claro el impacto cuando se incorporen a las aulas el cien por ciento de los estudiantes.
Sin duda serán tiempos difíciles que ya sufren desde hace dos años algunas familias. He descubierto con gran tristeza que hay padres de familia que viven de un oficio como la albañilería y desde que inició la pandemia se ha reducido su ingreso y han aumentado sus deudas, a tal grado que sus hijos debieron abandonar la universidad y preparatoria. ¿Cuándo veremos una mejora?, no sé, sin embargo espero que las políticas públicas del gobierno federal, estatal o municipal se enfoquen en rescatar verdaderamente a familias vulnerables y generen condiciones para que, por lo menos, ningún joven o niño o niña tenga que dejar la escuela por falta de recursos de sus padres.
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