Una de todas las cualidades contaminantes del plástico es que puede fragmentarse en partes más y más pequeñas hasta el punto de llegar a ser imperceptible al ojo humano, y aunque al principio se consideraba “microplásticos” sólo a aquellos que fueron fabricados en pequeño tamaño, tales como las microesferas que vienen en productos de higiene como cremas exfoliantes, pastas dentífricas y jabones, actualmente el concepto incluye a cualquier partícula plástica menor a 5 milímetros de diámetro.
A pesar de que provienen de distintas fuentes, todas ellas derivadas de actividades humanas, se pueden clasificar en 4 tipos:
-Fibras: que constituyen el 70% de este contaminante y son resultado del lavado de prendas hechas de lana, materiales sintéticos, e incluso pañales.
-Microperlas: con un tamaño menor a 1 milímetro de diámetro, no biodegradables y que, en un sólo tubo de pasta dental podemos encontrar hasta 300 mil unidades.
-Fragmentos y pellets: aquellos que se desprenden de otras piezas plásticas de mayor tamaño.
-Espuma de poliestireno: el unicel que comúnmente usamos como recipientes desechables para la comida.
Gracias a su diminuto tamaño, los microplásticos son escurridizos para los filtros de plantas de tratamiento de agua y pasan a lagos y mares con facilidad, llegando a ser ingeridos por una amplia variedad de organismos acuáticos y, por lo tanto, afectando gravemente a la fauna marina. De hecho, se han encontrado hasta en sitios tan remotos como la Antártida.
En el informe Plásticos en el Pecado y Marisco, GreenPeace evidencia cómo los plásticos se están incorporando a la cadena alimentaria; además, al tener la capacidad de atraer sustancias químicas y liberarlas, expertos los denominan bombas de relojería ecológica.
Actualmente, la fabricación, comercio y uso de productos cosméticos con microperlas de plástico está prohibido sólo en Estados Unidos y Reino Unido. En México, la información sobre esta problemática es muy escasa, sin embargo, entidades como el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua está profundizando en ello y buscando metodologías para su estudio, tratamiento y prevención.
Nosotros, como consumidores y ciudadanos promedio, podemos aportar reduciendo lo más que podamos nuestro consumo de plástico, especialmente el de un solo uso. La próxima vez, puedes pedir café en tu termo, por ejemplo.
Puede leer más de ello en: https://www.gob.mx/imta/articulos/contaminacion-por-microplasticos?idiom=es .
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