El Gobierno de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, mantiene los preceptos de la 4T “no mentir, no robar y no traicionar”. Según sus palabras, ofrecen una bonanza equilibrada donde primero son los pobres. Sin embargo, la realidad nos muestra que a menos de dos años de que termine su administración no ha sabido consolidar en términos económicos la ruta que debe seguir el país y mucho menos generar confianza en la inversión, mientras que la inseguridad pública, la corrupción, el burocratismo y algunas leyes nos impiden competir con otras naciones del mundo ¿Por qué no poner las cartas sobre la mesa e impulsar programas y acciones de gobierno basadas en prioridades sociales e inversión pública equilibrada?
Una política socioeconómica justa y equilibrada, permitiría hacer uso de grandes cantidades de recursos federales que ayuden a consolidar el cambio social tan cacaraqueado, poniendo a prueba las ejecutorias presidenciales alejadas del populismo y de acciones electoreras. De otra manera las promesas y algunas acciones gubernamentales quedan en entredicho.
Algunos críticos pasan por alto los programas sociales de la 4T, los tachan de electoreros y aseguran que no resuelven el problema de la pobreza, por el contrario, dicen que generan ciudadanos desmotivados y montados en el paternalismo gubernamental.
También existe inconformidad por la ejecución de grandes obras que consumen la mayor parte del presupuesto nacional, como la refinería Dos Bocas, El Tren Maya y El Aeropuerto Felipe Ángeles, así como por la desaparición y falta de transparencia en los recursos que administraban diversos fideicomisos, además se mofan de que el avión presidencial no se vendió, no se rifó y sigue sin levantar el vuelo.
Es evidente la escasez de asignaciones financieras para nuevas obras de infraestructura que impulsen la economía de entidades como Sinaloa donde el agro no da para más, mientras que a su titular, JAIME MONTES, le ganó el burocratismo y el confort, pero estrena sombrero con paliacate al cuello; el sector pesquero se encuentra estancado y su responsable, FLOR EMILIA GUERRA, disfruta de un decoroso sueldo sin temor a la inflación; Y qué decir de La titular de la Secretaría de la Mujer, MARÍA TERESA GUERRA, quien perdió energía, apagó sus reflectores y navega tranquilamente por la burocracia estatal.
El 2024 podría ser el año que marque el verdadero cambio en el proceso evolutivo nacional y será la sociedad mexicana la responsable de dejar ese mensaje en las urnas. Al Gobierno del Presidente LÓPEZ OBRADOR, se le agota el tiempo y se imponen las presiones que brotan por diversas regiones del país.
RUBÉN ROCHA MOYA, como activo de izquierda, como rector, senador y candidato a gobernador, sacudió conciencia social. Hoy, como gobernador de Sinaloa, tiene la oportunidad de impulsar un verdadero cambio social y transformar instituciones agotadas, burocratizadas y hasta corrompidas.
El financiamiento del desarrollo es pieza clave para generar riqueza, abatir pobreza y lograr mejores resultados en materia de seguridad pública. La deuda o compromisos financieros del Estado y de los municipios se deben transparentar y usar en la generación de desarrollo y solidez financiera. Los contratos, compromisos o fideicomisos que se tienen con particulares o con el gobierno federal como las carreteras (Culiacán-Mazatlán, Las Brisas-Culiacán, Los Mochis-Estación Don, etc.) y las dudas generadas por la renta y propiedad del edificio (USE) que alberga dependencias del Estado en Culiacán, no deben caer en la opacidad y mucho menos omitir la rendición de cuentas.
Es complejo pronosticar como terminará el gobierno del presidente LÓPEZ OBRADOR ante el rumbo que lleva el país, mucho menos podemos asegurar cuánto tiempo se extenderá la 4T. No hay que olvidar que en México las sucesiones presidenciales están llenas de sorpresas, abundan las traiciones y el poder no se comparte.
La historia mexicana del presente siglo tiene en su acontecer y en su narración un mundo de especulaciones, mientras que las verdades se ocultan celosamente como si fueran secretos de Estado, impidiendo conocer y analizar los secretos compartidos por quienes han tenido en sus manos los destinos del país. Secretos guardados celosamente, como mudos testigos, en los muros de Palacio Nacional.
Es indudable que los poderes fácticos seguirán influyendo y su impacto continuará, a veces en desacuerdo por las formas y estilos de gobernar, en otros casos cargados a la complicidad entre unos y otros. Hoy estamos en un nuevo punto de partida, donde es importante asumir el rol que tenemos como sociedad y gobierno, pues de lo contrario podríamos entrar a un callejón sin salida.
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