Si en el 2019 la empresa eléctrica hubiera producido toda la energía que le venden productores independientes y generadores privados de subastas eléctricas, le hubiera salido 63% más caro.
De prosperar la iniciativa de reforma al sector eléctrico que presentó esta semana el Ejecutivo mexicano, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) será víctima de sus propias ineficiencias, pues la filial que mayores ganancias le genera, la de suministro básico, estaría obligada a comprar electricidad más cara, la que producen sus filiales de generación, que además son las únicas que le generan pérdidas.
“Este es el dilema principal de la CFE. El suministrador básico tiene como objetivo atender la demanda, especialmente la de los usuarios menos privilegiados, buscando los menores precios posibles, (no obstante), el generador eléctrico busca los mayores precios posibles que le permitan cubrir sus costos para no incurrir en pérdidas y es indiferente a quien le compra”, explican Montserrat Ramiro y Jesús Serrano, excomisionados de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Las dos facetas conviven al interior de la CFE, pues por un lado es generador y busca vender electricidad al mayor precio, pero por otro es suministrador y busca comprar energía barata para mantener precios bajos a los usuarios.
Un estudio realizado por los excomisionados muestra que, si en el 2019 la filial de suministro de la CFE (CFE Suministro Básico) hubiera comprado los 97,169 gigawatts hora (GWh) adquiridos de productores independientes de energía (PIE, 89,527 GWh) y de generadores de subastas de largo plazo (SLP, 7,632 GWh) a las plantas de las filiales de generación de la CFE –solo hipotéticamente, pues las filiales de la CFE no cuentan con la capacidad para producir ese volumen de energía–, el costo de esa electricidad habría sido de 138,528 millones de pesos en lugar de los 85,100 millones que costó; esto es, 63% más.
Solo en ciclos combinados –que es la tecnología que genera 51% de la electricidad producida en el país– el costo de generación promedio de la CFE en el 2019 fue de 1,435 pesos por megawatt hora (MWh), esto es 62% más que los 883 pesos por MWh de los PIE. En el promedio total de la CFE –incluyendo sus otras tecnologías– la historia no es muy diferente: 1,426 pesos por MWh versus 901 pesos por MWh de los PIE.
Y si se compara con los generadores privados de las SLP, la CFE palidece aún más, pues el año pasado el costo promedio de dichas empresas por MWh fue de 583 pesos, es decir 60% más barato.
Durante el 2019, CFE Suministro Básico adquirió de las centrales eléctricas de CFE el 55.9% de la energía, de los PIE el 33.6%, de las SLP 2.9% y del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) el 7.6 por ciento.
Cabe indicar que el MEM, fija su precio instantáneo con el costo de la última planta en entrar para equilibrar la demanda. Dado que las plantas menos eficientes son las de la CFE, estas son las que marginan y por eso el precio del MEM es generalmente alto”, explican los excomisionados.
La iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica enviada esta semana por el presidente López Obrador al Congreso plantea un nuevo orden de prelación para la compra de energía por parte del suministrador básico de la CFE, dejando atrás el principio rector vigente, también llamado despacho económico, que marca que la electricidad más barata se despacha o compra primero.
La propuesta establece así que el suministrador básico debería comprar primero la energía de las plantas hidroeléctricas de la CFE, luego la del resto de sus plantas (gas, carbón, combustóleo, nuclear); en tercer lugar, la de los generadores eólicos y fotovoltaicos privados, y en última instancia la de los ciclos combinados de los privados. Lo anterior significa que daría prioridad a la electricidad de la CFE aunque sea más cara.
“Limitar la entrada de centrales eólicas y solares ganadoras de las subastas de largo plazo, que son las más baratas, aumentará el costo de generación y, por tanto, las tarifas del suministro no solo no bajarán, sino que se incrementarán en ausencia de mayores subsidios”, se lee en el documento.
Dilema financiero
Los dilemas que enfrenta la CFE ante el hecho de producir y adquirir electricidad más cara son palpables al observar sus resultados financieros. En el 2019, de los más de 45,000 millones de pesos de ganancias que consiguió su filial de suministro básico le produjo más de 32,000 millones, la de transmisión, más de 18,000 millones, la de distribución más de 13,000 millones mientras que sus seis filiales de generación tuvieron de forma consolidada casi 11,000 millones en pérdidas.
Como consecuencia de la reforma constitucional de 2014, la salud financiera de CFE y sus subsidiarias mejoró significativamente. La única excepción son las subsidiarias de generación porque tienen plantas ineficientes, viejas y mal mantenidas”, afirman Ramiro y Serrano.
En términos financieros, la desintegración vertical de la CFE –que fue un mandato de la reforma del 2014– sirvió así, exponen, para mostrar que las empresas de generación de CFE son las únicas subsidiarias con pérdidas debido a la edad de muchas de sus centrales y los problemas para su mantenimiento.
“CFE Generación podría explorar ampliar su mercado y operaciones a segmentos distintos del suministro básico y usar esquemas distintos al presupuestario para financiar su expansión”, concluyen.
Grupo morenista en San Lázaro respalda iniciativa
El grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados apoyó la iniciativa enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para reformar la Ley de la Industria Eléctrica, y reiteraron que con esta acción se busca recuperar el dominio público del sector.
La vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna, insistió que el mandatario federal busca que la electricidad pública tenga acceso a la red de transmisión y se fortalezca a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que el servicio eléctrico sea más barato para las y los mexicanos.
Indicó que hace algunos meses el representante del ejecutivo Federal advirtió que si no se le permitía continuar con el rescate de Pemex y CFE, se iba a ver obligado a modificar el marco jurídico de la industria energética del país.
“Los privados no escucharon esta voz de negociación, esa mano de acuerdo que les tendía el Presidente, al contrario, comenzaron a litigar, llegaron demandas por kilo a los tribunales administrativos, llegaron muchos amparos a la Suprema Corte, la propia Cofece litigó contra el Estado, es decir, judicializaron el proceso en lugar de entender que el Presidente buscaba acuerdos dentro del marco jurídico”, expuso.
En tanto, su compañero de bancada, el congresista Marco Antonio Medina defendió que esta reforma prioriza la generación de electricidad limpia, no intermitente y de menor costo, a cargo del Estado.
Sostuvo que estas modificaciones buscan anteponer un bien de interés público a los beneficios del sector privado, terminando con la simulación en precios de mercado, el dumping, los subsidios a participantes privados y el saqueo del país mediante un mercado paralelo en beneficio de las centrales eléctricas privadas.
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