Las entidades federativas que registraron las disminuciones más pronunciadas en el PIB per cápita fueron Chihuahua, Baja California Sur, Quintana Roo, Baja California y Sonora.
La frontera norte del país es la región que sufrió un mayor impacto por la primera declaratoria de emergencia sanitaria, que fue cuando se cerraron las actividades no esenciales en abril y mayo, aseguraron especialistas de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
De acuerdo con el investigador de la UAdeC, Alejandro Dávila Flores, esto se pudo saber por el trabajo de evaluación que efectuaron sobre los costos económicos que se dieron por cerrar las actividades no esenciales, derivado del Covid-19.
“Hicimos un análisis multisectorial y regional, utilizando modelos tipo SAM, construidos con matrices de modelos de contabilidad social (…) Nuestro objetivo fue el de cuantificar los impactos económicos de la decisión de parálisis de actividades no esenciales, en un triple ámbito espacial: nivel nacional, mesoregional y el de entidades federativas”, expuso durante el Webinar: México. Costos económicos del cierre de las actividades no esenciales por la pandemia Covid-19. Análisis multisectorial y regional.
“El objetivo es que a través de los modelos multisectoriales tipo SAM tratamos de reproducir el choque inicial sobre la oferta y la demanda final exógena y poder valorar las repercusiones de estas decisiones, en primer lugar, sobre el nivel de las actividades productivas, sus repercusiones en la generación de ingreso, en su asignación y reasignación para la determinación de los ingresos disponibles de los hogares, los efectos sobre el consumo y los efectos de regreso sobre las actividades productivas”, subrayó.
Precisó que los modelos con los cuales trabajaron tuvieron una cobertura de 33 actividades productivas; a la par, se incluyeron cuatro agentes institucionales, de empresas, hogares, ingreso, gobierno y sector externo.
Se dividió al país en siete regiones: noroeste (Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Chihuahua), noreste (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas), Occidente (Jalisco, Nayarit, Michoacán y Colima), altiplano centro-norte (Zacatecas, Aguascalientes, Durango, San Luis Potosí y Guanajuato).
La quinta región es la del centro (Ciudad de México, Querétaro, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y Puebla), seguida por Golfo-sureste (Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo) y sur (Guerrero, Oaxaca y Chiapas).
Según los resultados, en el rubro de las actividades con mayor afectación en el Valor Bruto de la Producción (VBP), la región centro sobresale con ser la de mayor impacto en términos absolutos, pero en relativos, la frontera norte (compuesta por noroeste y noreste) es la que tiene las pérdidas más pronunciadas.
“Podemos ver cómo las regiones del sur y la del Golfo-sureste son las que tienen las menores variaciones porcentuales, se puede observar la disparidad del impacto en la producción bruta total en las regiones. También vimos disparidad de impactos absolutos, sobresalen las ciudades del centro del país, como Ciudad de México y Estado de México, pero si vemos el impacto en términos relativos, vemos que nuevamente sobresale el norte”, subrayó Miriam Valdés Ibarra, investigadora de la UAdeC.
Sobre estas afectaciones que sufrieron las regiones, refirió que hay una correlación con las estructuras económicas; a mayor detalle, de las 33 actividades que evaluaron, seis de ellas absorbieron 60% de la afectación.
“Cuando lo vemos, de cómo afecta a la parte sectorial, podemos ver que las actividades económicas que más sufrieron son: construcción, maquinaria, equipo de transporte, petroquímicas, plásticos, servicios inmobiliario y comercio al menudeo”, explicó.
“Por tanto, las regiones que dependen de estas actividades económicas son las que sufrieron un mayor impacto, como la frontera norte, que tuvo la mayor afectación”, sentenció.
Valdés Ibarra reiteró que la dinámica laboral también presentó resultados similares al VBP. A nivel nacional se obtuvo una contracción de 3 millones empleos formales e informales; este comportamiento se concentró en cuatro regiones: centro, noreste, noroeste y el altiplano centro-norte de México.
Por ejemplo, alrededor de 6 de cada 10 empleos (que representan 57.7%) se concentraron en 10 entidades federativas: Chihuahua, Baja California, Sonora, Coahuila, Baja California Sur, Quintana Roo, Nuevo León, Jalisco, Estado de México y en la capital del país.
“Precisamente, dos terceras partes de esta pérdida de empleos se concentró en seis de las 33 actividades económicas: construcción; servicios de apoyo negocios; otros servicios, comercio al menudeo; equipo de transporte, y maquinaria y equipo. Las actividades que tienen un mayor impacto en el empleo difieren un poco a las actividades que tienen mayor impacto en la producción, debido a la intensidad del trabajo capital que tiene cada una de ellas”, ahondó.
Manifestó que en cuanto a las mesoregiones, el comportamiento fue muy similar al de la VBP; la zona de mayor impacto en términos relativos fue el norte, donde destacan las entidades de Sonora, Baja California, Coahuila y Baja California Sur.
Producción por cabeza
Alejandro Dávila subrayó que también analizaron los impactos en el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita a nivel mesoregional, donde nuevamente se observó que las entidades que están en la frontera norte de México fueron las más afectadas por las medidas tomadas por la emergencia sanitaria.
“La contracción en términos absolutos más relevante fue en el noreste, de 25,610 pesos, en el noroeste es un poco más reducida el impacto en absolutos, pero mayor en términos relativos, una caída de 11.16%”, aseveró.
A pesar de ello, aseguró que también tuvieron impactos intermedios, tanto en el altiplano centro-norte, en el Occidente y en el centro de la República mexicana.
Manifestó que el Occidente y el altiplano centro-norte es una zona que ha ganado mayor acceso al mercado de exportación (relacionado con las industrias automotriz y la electrónica); por lo mismo, por tener una mayor dependencia a estas actividades, sufrieron más afectaciones.
“En estas actividades se vieron los mayores niveles de afectación, en las actividades exportadoras”, expuso.
Asimismo, también las regiones que tuvieron impactos fueron las que dependen de las actividades turísticas.
“Las regiones con mayor impacto en ingreso disponible y consumo privado per cápita fueron en destinos turísticos internacionales más importantes, como Baja California Sur y Quintana Roo. Continuarán con dificultades, porque el turismo es sensible a las medidas de confinamiento, hay preocupación”, recalcó.
Nuevas medidas
La investigadora de la Universidad Autónoma de Coahuila dijo que con este ejercicio se puede notar que hay un “balance crítico y complejo” entre las medidas sanitarias y las repercusiones económicas.
Por lo mismo, sugirió que se deben redefinir los criterios empleados para la clasificación de actividades esenciales y no esenciales, además de que se debe apostar por apoyar más al sector formal y comenzar a revisar al rubro informal.
“La capacidad de los sectores para generar valor deben ponderarse: especialmente en actividades formales, con espacios y sistemas de trabajo que faciliten la instrumentación de las medidas sanitarias en el ámbito laboral”, recalcó.
También, añadió, se debe abrir un mayor debate en torno a las políticas fiscales para enfrentar las consecuencias económicas de la pandemia; esta reflexión surge a partir del comportamiento que aplicó la Federación.
“La respuesta del gobierno federal, sus acciones de política de estímulo fiscal han sido marginales y ampliamente insuficientes”, finalizó.
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