Con el arribo del 2023 comienzan los dolores de parto para la sucesión presidencial del 2024, en un país más participativo y democrático, obligando a partidos políticos, gobierno, sociedad y todo aquel que aspire a algún puestos de elección popular a debatir ideas, filosofías y expresar opiniones para encarar todos juntos un futuro que seguramente será complicado en lo político, económico y social. México tiene la necesidad de actualizar y democratizar la ruta para llegar al poder, diversificarnos internacionalmente y escapar de las férreas imposiciones de los Estados Unidos pero también de la influencia que buscan tener gobiernos antidemocráticos como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Estamos entrando al quinto año del gobierno federal, mismo que será un parteaguas de la sucesión presidencial. Este es el año más difícil para gobernar, toda vez que la figura presidencial empieza su decadencia, pierde fuerza y tiene que contener a los grupos de gran poder que luchan por los espacios que quedarán vacíos. En esta etapa la soledad agobia al presidente de la república en turno, se alejan los amigos del poder, se hacen más visibles los enemigos y los reflectores políticos buscan a todo aquel que tiene posibilidades de ser el nuevo inquilino de palacio nacional. Además, en este período el presidente debe tomar la decisión más difícil de su vida, designar a quien puede ser su sucesor.
Por otra parte, el triunfo de NORMA LUCIA PIÑA, quien sin mucho escandalo fue designada Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es un mensaje de que nada es imposible cuando se lucha por la justicia y la razón. Seis votos le infligieron una derrota al poder ejecutivo y eso alienta a quienes no coinciden con la forma y estilo de gobernar del presidente AMLO.
Ahora el turno “al bate” lo tiene El Estado de México, donde habrá de designarse nuevo gobernador, triunfo que debe obtener MORENA si quiere oxigenarse políticamente, de lo contrario sería un mensaje directo para el inquilino de palacio nacional que impactaría también en las elecciones del 2024.
Todo esto, entre otras cosas, hace del 2023 un año muy complicado para el gobierno de la 4T. No hay que olvidar que los cambios se obtienen en las elecciones, pero es la sociedad la responsable de exigir el cumplimiento de las promesas o de la palabra empeñada, pero también debe estar dispuesta a ser un actor activo en dichos cambio. En este momento ningún partido tiene un proyecto que haya rebasado las necesidades del país para los próximos 50 años, los gobiernos en sus tres niveles solo viven el presente, arrastrando carencias y necesidades de muchos años atrás.
Actualmente una parte de la sociedad se encuentra despierta, mientras que otra se observa dominada, resignada y manipulada. Por su parte, el gobierno quiere seguir manteniendo el control a toda costa, hace uso del tradicional dedazo, del autoerotismo y mueve sus “corcholatas” a modo en el juego más abyecto de la historia política de México que miles de ciudadanos parecen disfrutar, mientras que los partidos políticos se ven rebasados por los movimientos sociales.
En este año los partidos políticos habrán de designar a quienes serán sus candidatos por la presidencia de la república y otros puestos de elección popular, surgen muchas cuentas pendientes que afectan a la izquierda política incapaz de la autocrítica, que alaba a las dictaduras de lo que fue el socialismo; cuya lucha se dio, supuestamente, por la humanización de la sociedad, por la eliminación de la intolerancia y por ser perseguidos por su ideología, misma que como gobierno dejaron de practicar y que los muestra iguales a los partidos contra los que lucharon férreamente (PRI-PAN y PRD).
En Sinaloa, si el gobernador RUBÉN ROCHA MOYA, realizara algún cambio en su gabinete en los próximos meses, sería un claro mensaje de como vendrán las candidaturas al Congreso del Estado, pero no la tendrá nada fácil en lo político. En el municipio de Mazatlán hay malestar y las heridas no cicatrizan. Culiacán no pinta de lo mejor. Guasave parece campo minado. Mientras que en Ahome, el alcalde GERARDO VARGAS LANDEROS, realizó algunos enroque al interior de su administración tratando de dinamizarla y oxigenarla, aunque también quedaron en el aire algunas interrogantes: RAUL PEREZ al dejar JAPAMA e irse a servicios públicos municipales ¿ganó o perdió?; BERNARDO CÁRDENAS ¿tendrá la capacidad y el perfil para estar al frente de JAPAMA?; FELICIANO GARCIA llega a la Secretaría de Bienestar sin tener un perfil social, entonces, ¿de qué se trata?
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