La que apuntaba como una vuelta triunfal a los cuadriláteros para el de Mazatlán, Sinaloa, y a partir de la misma armarse para otra opción titular, se diluyó cuando ni siquiera fue capaz de cumplir ante la báscula.
El pesaje, que es parte de las reglas en el pugilismo, se le fue de las manos al mazatleco, a tal grado que ni siquiera hubo pesaje.
Ocho libras arriba del peso pactado ante Rosado fueron las que presentó Ramírez, ausente en la romana, por lo que aquella ceremonia ni siquiera fue necesaria, pues se anunció que, debido al tonelaje del sinaloense, se suspendía la misma.
El límite para enfrentar al puertorriqueño eran 175 libras y, extraoficialmente, Gilberto habría presentado 182.6, muy por encima del requerido para que fuera declarado apto para el combate.