No podemos seguir negando lo innegable: el cambio climático antropogénico está pasando y ahora más que nunca estamos sufriendo los impactos de décadas de dependencia a los combustibles fósiles.
A pesar de que la discusión sobre la existencia de este fenómeno empezó hace más de medio siglo, tomó bastante tiempo para que el escepticismo desapareciera, al menos en su mayoría, de la comunidad internacional. Y una vez que se demostró, tomó más tiempo aún comprobar que sucedía a causa de la incidencia de las actividades humanas y no de manera natural, como se especulaba.
Y para cuando nos dimos cuenta, ya teníamos encima los impactos directos, indirectos y sobre todo, pérdidas y daños; incluso cuando se desarrollaron medidas de mitigación y se hizo un esfuerzo en implementarlas lo más rápido y eficientemente posible, ahora sabemos que los efectos del cambio climático sobrepasan nuestra capacidad de resiliencia y necesitamos encontrar la forma de adaptarnos a ellos lo más pronto posible.
Al tratarse de una problemática global en la que todos los países se ven involucrados, ya sea como aquellos que reciben mayores impactos, aquellos que contaminan más, o aquellos que ya contaminaron y ahora deben brindar ayuda a los que la necesitan, la cooperación internacional es clave en la acción climática: tal como se especifica en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, desde la elaboración e implementación de políticas, estrategias y planes nacionales, hasta la promoción de mecanismos de planificación y gestión necesarios para enfrentar el cambio climático.
Sin embargo, no dejemos de mencionar que, si bien todo se negocia y establece en la esfera global, cualquier estrategia siempre tiene que aplicarse en lo local. De esta forma, contrario a lo que pueda pensarse, la acción climática no es exclusiva de la comunidad internacional: nos corresponde a todos, gobiernos, iniciativa privada, academia, y la base de todo, sociedad.
Sí, México tiene compromisos nacionales relevantes en materia de reducción de emisiones, por ejemplo, pero nunca los vamos a cumplir si solo lo abordamos desde una sola perspectiva.
El Día Internacional Contra el Cambio Climático, conmemorado el pasado 24 de octubre, es la excusa perfecta para hablar más que nunca sobre ello y recordar que la acción climática es multidisciplinaria y que todos, sin importar si somos expertos o no, podemos contribuir desde nuestras trincheras.
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